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↓ Biografia ↓


Quevedo nació en Madrid en el seno de una familia de hidalgos provenientes de la aldea de Vejorís (Santiurde de Toranzo), en las montañas de Cantabria.2 3 Fue bautizado en la parroquia de San Ginés el 26 de septiembre de 1580. Nació cojo, con ambos pies deformes y una severa miopía; quizá por ello pasó una infancia solitaria y triste (origen del "desgarrón afectivo" del que habló a su respecto el crítico Dámaso Alonso) en la Villa y Corte, rodeado de nobles y potentados, ya que sus padres desempeñaban altos cargos en Palacio, soportando las pullas de otros niños y entregándose compulsivamente a la lectura. Su madre, María de Santibáñez, era dama de la reina, y su padre, Pedro Gómez de Quevedo, era el secretario de la hermana del rey Felipe II, María de Austria. Pero Quevedo tuvo que superar muy pronto otra amargura, quedarse huérfano de padre a los seis años, de forma que le nombraron por tutor a un pariente lejano, Agustín de Villanueva; en 1591, además, cuando contaba once años, falleció su hermano Pedro.

De precoz inteligencia, lo llevaron al Colegio Imperial de la Compañía de Jesús, en lo que hoy es el Instituto de San Isidro de Madrid, y después estudió Teología en Alcalá sin llegar a ordenarse, así como lenguas antiguas y modernas. Es lugar común que durante la estancia de la Corte en Valladolid circularon los primeros poemas de Quevedo que imitaban o parodiaban los de Luis de Góngora bajo seudónimo (Miguel de Musa) o no, y el poeta cordobés detectó con rapidez al joven que minaba su reputación y ganaba fama a su costa, de forma que decidió atacarlo con una serie de poemas; Quevedo le contestó y ese fue el comienzo de una enemistad que no terminó hasta la muerte del cisne cordobés, quien dejó en estos versos constancia de la deuda que Quevedo le tenía contraída.

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